Hay cosas, no muchas, que no tienen explicación, son pura coincidencia, capricho de los dioses, casualidad a solas, llámese suerte.
Freud señala " Hace falta buena parte de preparación intelectual para cree en la casualidad. El primitivo, el hombre sin ilustración y probablemente el niño saben dar una razón a todo lo que sucede. Probablemente fue originalmente una explicación según la concepción animista. Aún actualmente en algunos estratos populares, cualquier muerte es achacada a alguien, generalmente al médico. Y la reacción neurótica regular a la muerte de un ser querido es también la autoacusación de haber sido causa de su muerte"