jueves, 18 de noviembre de 2010

NIÑOS CON DIFICULTADES ESCOLARES


Uno de los primeros pasos que el niño da en su entrada al mundo es el inicio de su vida escolar. Este cambio suele estar favorecido cuando en épocas anteriores tuvo ocasión de acudir a la guardería, si bien esta decisión causa en ocasiones gran zozobra en los padres que tienen la sensación de abandonar al niño.

Cuando la madre no tolera la angustia de no ver a su hijo durante unas horas y piensa que lo más adecuado para edades tan tempranas es que el niño pase la mayor parte del tiempo a su lado, con este exceso de mimo dificulta en realidad el crecimiento del pequeño.

Lo más laborioso para todo sujeto en la aventura de construirse como humano es separarse de sus progenitores. Algo que en realidad nunca se consigue del todo porque en lo inconsciente la relación con aquella madre cuyo amor nos parecía sólo destinado a nosotros, se mantiene.

En la escuela la relación con los compañeros y con el profesor tiene como antecedente la vida en la familia, que es donde se producen las primeras relaciones afectivas. La presencia del padre viene a traer la ley, a desvelar ante los ojos atónitos del niño que él no es el único amor de la madre. Esta desilusión necesaria engendra sentimientos de hostilidad hacia la figura paterna, que pueden desplazarse a los maestros cuya función es también poner límites al egoísmo.

Aprender a estar entre otros es lo que permite la cultura, que sin embargo siempre genera un malestar en el sujeto, al tener que renunciar a la satisfacción directa de sus instintos. La curiosidad infantil nace impulsada en gran medida por el interés que despierta en ellos conocer de dónde vienen los niños. Esta pregunta que a veces genera una inquietud en el adulto debería responderse con naturalidad, adaptándonos al desarrollo del niño. Mentir o contestar con evasivas sólo contribuye a aumentar su incertidumbre, avivando aún más su ansiedad.

A veces los padres tienen, sin ser conscientes, una actitud muy represiva con respecto a su propia sexualidad y este miedo hacia lo sexual se transmite al hijo, quien al quedar interrumpido en su investigación sexual, se muestra también temeroso en sus posteriores aprendizajes. Analizar la relación en la pareja produce resultados muy beneficiosos para los hijos.

En general es todavía casi un tabú hablar de la sexualidad infantil y en consecuencia se reprimen con excesiva severidad algunos comportamientos de los niños, que se consideran viciosos. La educación viene a poner límites al erotismo del sujeto; a enseñarle que no puede,por ejemplo, mostrar su cuerpo desnudo en cualquier lugar, como gustan de hacer los niños con aquellas personas que les son queridas Estas prohibiciones que necesariamente la civilización impone, tienen que realizarse sin excesos porque si se reprimen con dureza las manifestaciones sexuales en la infancia, la vida sexual adulta puede estar dominada por el sentimiento de culpa.

Muchas de las preguntas que los niños hacen cuando se les prohibe algo y los padres se esfuerzan por responder con los más elaborados razonamientos, pueden ser contestadas con un simple “porque no se puede hacer”. Los límites ayudan a crecer y educan para la vida social donde no todo está permitido.