lunes, 18 de junio de 2012

FÓRMULAS PSÍQUICAS 261

El deseo arranca con el deseo de otro: ver a otros desear nos hace deseantes. Pero ese es sólo el comienzo, luego además, habré de atravesar la envidia que el espejismo de completud ajena siembra en mi; y hasta aquí, tan sólo el preámbulo, porque despejados esos humos del “otro tiene y yo no”, ahora, y de forma permanente, tendré que ponerme a trabajar, para hacer del deseo la fuerza de un proyecto. Y eso no es todo,  también tendré, a pesar de mis fáciles tendencias sufridoras, que dar paso a la alegría del hacer.