La reacción terapéutica negativa, que Freud descubre en sus pacientes y consiste en un agravamiento de sus síntomas cuando se les reconoce una mejora, muestra que nada es peor tolerado por el humano como la certeza de no haber podido solo.
Resistencia del amor propio, dijo Lacan, que nos impide aceptar la necesidad de otros para pensarnos a nosotros mismos.